Durante decadencia del Imperio Romano, fueron muchos los pueblos bárbaros
(extranjeros) que, aprovechando las disidencias internas, se aproximaron a sus
fronteras y se establecieron en ellas, presionando en forma permanente para
entrar.
Estos pueblos fueron:
Los germanos, de raza blanca, establecidos desde
el río Rin hasta el Oder, entre los cuales se encontraban los trancos, anglos,
alamanes, suevos, borgoñones, daneses, sajones, lombardos, hérulos, vándalos y
visigodos, estos últimos divididos en ostrogodos, o godos del Este; y
visigodos, o godos del Oeste.
Los eslavos, también de raza blanca, que se
ubicaron en el valle inferior del Da nubio, en Bohemia y a orillas del río
Vístula, integrados por los venetos, polacos, eslabones, servios, moravos,
bosníacos y croatas
Y, por ultimo, los tártaros o mogoles, en su
mayoría de raza amarilla, entre los cuales sobresalían los hunos (hiung-un), y
quienes derivaron de la mezcla de razas, como los fineses, lapones, avaros,
búlgaros y húngaros o magiares.
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